Los dones espirituales son habilidades especiales que Dios regala a sus hijos para la edificación de su iglesia. Debemos usarlos para bendecirnos los unos a los otros y construir juntos una iglesia fuerte que honra a Dios.
Todos los cristianos tenemos por lo menos un don y el Espíritu Santo distribuye los dones según quiere: «Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina» (1 Corintios 12:11). Sin embargo, la Biblia nos dice también que podemos anhelar otros dones, y nos anima a pedirlos (1 Corintios 12:31).